¿QUIÉNES SOMOS?
Mar Balaguer
Optometrista de título, Maestra de Infantil de profesión, monitora de tiempo libre en mis ratos libres y madre de Blanca y Arnau, a los que les debemos todo esto.
Un día soñé con dedicar mi vida a nuestros locos bajitos, aquellos que con una sonrisa te animan el día, a los que te dan fuerzas para seguir adelante, los que pueden contagiarte la ilusión por las cosas y lo mejor de todo, con los que puedes volver a sentirte niño, aunque solo sea por un momento. Un día dejé de soñar y me puse manos a la obra, no con poco esfuerzo, ¡pero al final lo conseguí! Así que, aquí estoy dispuesta a dar lo mejor de mí cada día y con la responsabilidad de formar parte, de un modo o de otro, de la vida de unas pequeñas grandes personas.
Me acompañan en esta aventura, un gran equipo de monitoras y monitores jóvenes y con muchas ganas de aventura, ¿Los conocéis?
Después de 7 años de Cuqui Boys ya muchos conocéis la historia de nuestro nombre, pero me resulta difícil continuar con esta aventura sin recordarlo.
No fue para nada complicado elegir un nombre que sintiera mío... lo tuve claro desde la primera idea. No podía ser otro que éste. Estas dos palabras me trasladan a mi infancia, a mí y a los que compartieron conmigo ese día y las aventuras que nos trajo la "Cuqui Boys" y que hoy, después de casi 35 años, siguen compartiendo mi vida.
Mi abuelo, marinero de toda la vida, a petición de mi madre, supongo, llamaba a sus barcas Cuqui. El verano del 86 decidió hacernos un regalo a todos los niños de Santa Marta. Un bote al que, no podía ser de otra manera, ya que lo de children era demasiado para él, decidió llamarlo Cuqui Boys.
Como en mi casa nos gustan mucho las fiestas y se celebra todo. Qué mejor ocasión para celebrar una barbacoa, que el bautizo de nuestra nueva adquisición? Pues eso hicimos!
Seguro que nadie podía adivinar cómo iba a terminar nuestro agradable festejo... Tras muchos intentos de bautizar la "Cuqui Boys" con una botella de Coca Cola, cuando por fin se rompió, un cristal acabó clavado en mi pierna y terminamos en el hospital de guardia… Nada que no solucionen un "par", mallorquín, de puntos…
Aun así, tras esta mala experiencia... nos siguen encantando las fiestas y pasárnoslo genial. Así que, juntando estas dos cualidades, grandes dosis de creatividad y muchas ganas de trabajar, aquí seguimos con este pequeño gran proyecto: CUQUI BOYS.